SANTIAGO 2:14-26

HERMANA ABIGAIL FLORES, COLABORADORA DE ENSEÑANZA BÍBLICA

11/6/20252 min read

Este es uno de los pasajes más debatidos del Nuevo Testamento, precisamente porque parece contradecir la enseñanza de Pablo sobre la justificación por la fe.

Texto: Santiago 2:14–26.

Palabras clave:

-Fe (πίστις, pistis): En griego no solo implica creer intelectualmente, sino confiar activamente.

-Obras (ἔργα, erga): Significa acciones concretas, no rituales legalistas, sino

comportamientos que muestran obediencia.

-Justificado (δικαιόω, dikaioó): En este contexto no significa “ser hecho justo ante Dios” (como en Romanos), sino ser mostrado o demostrado justo. Es decir, la evidencia visible de una fe genuina. Santiago no está hablando del medio de salvación, sino de la manifestación de la salvación. Por eso, cuando dice: “El hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe” (v.24), usa “justificado” en el sentido de validar o comprobar una fe verdadera.

Ejemplo:

-Abraham fue “justificado” (mostrado justo) por ofrecer a Isaac (v.21), aunque ya había sido declarado justo por su fe en Génesis 15:6.

-Rahab demostró su fe al proteger a los espías (v.25).

Ambos casos muestran que la fe auténtica siempre produce acción.

Santiago escribe a judíos cristianos dispersos (1:1), muchos de los cuales conocían la Ley y estaban acostumbrados a un sistema religioso donde la práctica externa tenía gran valor. Algunos, al oír que la salvación era “solo por fe”, habrían malentendido a Pablo pensando: “Entonces no importa cómo vivamos, basta con creer.” Santiago responde a ese malentendido: “No, la fe sin obras está muerta", No está contradiciendo a Pablo, sino corrigiendo una fe sin fruto, un “creer” nominal sin obediencia. Pablo habla de la raíz de la salvación (fe), Santiago habla del fruto de la salvación (obras). Ambos son complementarios, no opuestos.

El mensaje central es claro:

La fe verdadera se ve. No es teoría, es transformación. En la vida cristiana moderna, muchos dicen “creo en Dios”, pero su conducta no refleja esa fe. Santiago nos reta a demostrar lo que creemos con hechos visibles.

Para líderes y maestros: el pasaje enseña que el ministerio no se mide por palabras o conocimiento, sino por obediencia y servicio activo.

- En resumen:

- Fe sin obras = religión muerta.

- Obras sin fe = moralismo vacío.

- Fe con obras = vida cristiana genuina.

En conclusión: Santiago, y su enseñanza complementa la de Pablo. No habla de cómo obtener la salvación, sino de cómo se evidencia una salvación real.

Hna. Abigail Flores R.